El capital cultural que atesoramos nos convierte en más conscientes y más libres, y con tal fin Federico García Lorca quiso participar en primera linea contra la ignorancia y el olvido: La Barraca, en un intento de hacer llegar la cultura en forma de teatro a toda la población, también llegó a Asturias. La atracción del poeta por el folklore asturiano se materializó en el verano de 1932, cuando la compañía actuó en diversos puntos de la geografía astur, no sin problemas ni avatares. Este miércoles honramos al poeta y a la persona, recordamos porque en la memoria reside la inmortalidad. Gracias, Federico